Las imágenes matinales de Santo Tomás nos revelaban un bonito casco de hacienda y varias aves multicolores que nos daban buenos augurios a nuestra pequeña travesía que a última hora habíamos recortado de una excursión de una noche de campamento a una de un solo día.
Singular aventón
Santo Tomás tenía la ventaja de que era el punto más cercano entre la carretera libre y la carretera de cuota por la que llegaríamos en aventón hasta
Uno de los puentes
Aunque el vehículo seguiría adelante, nosotros bajamos en Ojo de Agua pues era un buen punto para iniciar nuestro recorrido. Allí es donde se encuentra el primer punto marcado en los mapas como una estación abandonada, pero de ello solo quedan pocos rastros excepto por los restos de una tubería para abastecer de agua a antiguas máquinas de vapor. A los lados de la vía se ven algunas casas abandonadas y en as cercanías se oía agua corriente que no confirmamos pero asumo que es el cauce del arroyo El Platanar. Resaltaba también que en esa zona la vegetación estaba mucho más verde que en cualquier otro lugar del recorrido.
Así iniciamos a caminar y pronto llegamos al primer puente que se sorteaba una profunda barranca y que nos despejaba un poco la duda de lo ancho que tendrían los puentes en caso de encontrarnos con trenes en nuestro camino.
La travesía afortunadamente no es para nada agreste en subidas pues es una pendiente que tiene que ser apropiada para los trenes de carga por lo que casi todo el camino transcurre a los 1300 msnm. Así que la dificultad persiste en caminar por las vías con sus durmientes a distancias desiguales y gruesas piedras de grava.
Puente y túnel
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