En otras ocasiones el agua te sorprende en la caminata y hay que sacar la manga. Ya me ha tocado recorrer varios kilómetros oyendo las gotas de agua en el plástico del poncho. Otras veces tienes el placer de encontrarte un pequeño arroyo, una fosa una cascada que te da la oportunidad única de un chapuzón en un ambiente natural, eso me encanta.

Los ojos de agua también pueden ser una grata sorpresa pues con las debidas precauciones te pueden brindar una rica fuente de agua fresca para renovar tu provisión y beber hasta con gula y de paso mojarte el cabello antes de continuar la marcha. Eso también es magnífico, a veces empapo el borde del sombrero en agua y me mantiene fresco un rato.
Quien diga que no le guste el agua natural que camine un rato por el campo con este sol primaveral y ya lo oiré decir. Agua, mi reino por un vaso de agua. Así pues este post está dedicado al agua. Tlaloc ¡Hazte presente! ya nos haces falta.
1 comentario:
Es muuy cierto, las situaciones que presentas ya me han pasado, pero lo mejor es tomas agua cuando regresas o terminas un larga caminata y si en efecto sabe a "GLORIA" jeje. Salu2
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